LA PLANCHA
En Europa,
las primeras planchas fueron alisadores de madera, vidrio o mármol que hasta el
siglo XV se utilizaron en frío ya que el empleo de goma para almidonar no
permitía el uso del calor.
La palabra
misma, ‘plancha’, no apareció en castellano, con el significado que hoy le
damos, hasta el siglo XVII. Fue en esa época cuando empezó a utilizarse de
forma generalizada. Eran unas planchas calentadas al fuego, artilugios huecos
que se llenaban de maderas ardiendo, o de brasas. Las había también macizas,
que se calentaban directamente en el fogón, las llamadas planchas de lavandera,
que aparecieron más tardíamente.
A aquella
generación de planchas sucedieron otros sistemas de calentamiento por medio de
agua hirviendo, gas e incluso alcohol. Con todos aquellos viejos y venerables
cacharros acabó la plancha eléctrica.
La idea de
la aplicación de la electricidad al calentamiento de la plancha se le ocurrió
al norteamericano Henry Seely quien el 6 de junio de 1882 presentó en la
oficina de patentes de Nueva York los planos para construir la primera plancha
eléctrica; sin embargo, no pudo ser utilizada en seguida por las amas de casa
ya que en los domicilios todavía no existía la conexión a la red eléctrica, y
no se había inventado aún el termostato.
La plancha
de Seely se calentaba por medio de un arco voltaico (en la imagen), una potente
chispa que saltaba entre dos barras de carbón.
Jugando con
el apellido del inventor, Seely, palabra que en inglés significa ‘tonto’, se
llamó al invento de Henry ‘el invento de los tontos’, ya que aunque la idea era
excelente, su aplicación no parecía posible por las razones antes explicadas.
Sin embargo, no tardaría en abrirse camino al inventarse, en 1924, el
termostato regulable que evitaba que los tejidos se quemaran.
En efecto,
en 1924, cuando la plancha ya se encontraba ampliamente divulgada, Joseph W.
Myers le introdujo un termostato.
Y en 1926 la
compañía Eldec crea las primeras planchas de vapor para uso doméstico, con
rociador de vapor, con lo que quedaba resuelto el problema del planchado.Junto
con la plancha, apareció en el siglo XIX la tabla de planchar. Su uso, sin
embargo, era anterior. En las sacristías de las grandes catedrales y en los
monasterios importantes, como el de El Escorial, los elaborados roquetes y
sobrepellices, así como el resto del vestuario litúrgico, se planchaban
cuidadosamente.A la plancha se debe, entre otras cosas, el invento de la
limpieza en seco. La primera lavandería con servicio de planchado, establecida
en París en 1855, descubrió que tras haber sido vertida sobre una prenda, sobre
la que se había pasado la plancha, cierta cantidad de esencia de trementina, la
mancha desaparecía de manera instantánea.
QUIEN LA CREO
Aparentemente los chinos, en el siglo IV, para alisar la
seda. Se trataba de unos recipientes de latón con mango, en el interior de los
cuales se colocaba una cantidad de brasas con cuyo calor se quitaba las arrugas
del tejido. Supongo que ellos impulsaron la idéa, después, ya sabemos, hubo
sucesivamente planchas de piedra, de mármol, de vidrio, huecas que llevaban
carbón encendido en su interior y de metal que se calentaban en un fogón... La
primera plancha electrica, el 6 de junio de 1882, el estadounidense Henry W.
Seely inventó y patentó la primera plancha eléctrica, aunque en ese momento,
todavía no estaban instaladas las redes eléctricas en los hogares. En 1924,
Joseph W. Myers inventó la plancha eléctrica de termostato.
La plancha
tiene un funcionamiento básico, esta utiliza circuitos electrónicos simples en
serie, donde se aplica una fuente de voltaje (120 V) a una resistencia la cual
permite el flujo de electrones para así generar por medio de la corriente una
elevación de temperatura en la resistencia. Esta resistencia esta aislada por
medio de una lamina cerámica la cual además funciona de transmisor de color y
ayuda a transmitir el calor hacia la lámina metálica la cual es directamente
puesta sobre la ropa para plancharla. Algunas planchas además de utilizar el
calor generado para calentar el metal, también utilizan este calor para hervir
el agua que contienen dentro de su sistema para así trabajar con vapor y de
esta forma facilitar la actividad de planchar.
Notas de uso
Las planchas están disponibles como un producto de consumo a
precios accesibles.
La mayoría de los procesos de planchado se realizan sobre
tablas de planchar también conocido como "Buró" o "burro de
planchar".
Se han inventado prendas permanentemente lisas para evitar
el trabajo de planchado. Para ello, se combina poliéster resistente a las
arrugas con algodón respirable.
Las tintorerías generalmente utilizan prensas de vapor para
planchar en lugar de las tradicionales planchas.
La prendas que se planchan más habitualmente son pantalones,
faldas, blusas, camisas y camisetas.
Las prendas que NO se suelen planchar son ropa interior,
calcetines, jerseys, sábanas y generalmente, prendas que no se muestran.
Las planchas ocasionan incendios y lesiones cada año debido
a que son pesadas, muy calientes y en general, porque se utilizan sobre tablas
poco estables que pueden caer sobre los niños.
Las planchas solían ser mucho más peligrosas debido al
deshilachado de los cables eléctricos; actualmente, son mucho más seguras.
Planchas tipo modernas
Un depósito de agua dentro de la plancha (utilizado para
generar vapor);
Un indicador que muestra la cantidad de agua que queda en el
depósito;
Un termostato que asegura el mantenimiento constante de la
temperatura;
Una plataforma lateral en la plancha para mantenerla
vertical de modo que la parte caliente no entre en contacto con las prendas o
la tabla;
Un dial de control de temperatura que muestra las
posibilidades de temperatura, generalmente mostrando tipos de prenda en lugar
de grados de temperatura;
Un dispositivo de vapor constante -envía vapor de forma
regular a las prendas;
Un dispositivo de control del cable -el punto en que el
cable se junta a la plancha tiene un muelle para alejarlo de la vía de
planchado en el momento en que se baja la plancha (previene incendios, es más
conveniente, etc.)
Un dispositivo de golpe de vapor -lanza un golpe de vapor a
la prenda cuando el usuario aprieta un botón;
Control a través del dial de la cantidad de vapor que se
quiere emitir de manera constante;
Control anti-quemado -si la plancha se deja sobre las
prendas durante mucho rato, se desconecta automáticamente para evitar
incendios;
Control de ahorro de energía -si la plancha se deja sin uso
durante varios (10-15) minutos, se apaga para ahorrar energía y evitar
incendios.
Recientemente se ha empezado a comercializar una variante de
la plancha convencional denominada centro de planchado. Los centros de
planchado son similares a las planchas, pero disponen de un calderín de agua
independiente. Son más caros que las planchas, y tardan más desde que se
enchufan hasta que se pueden empezar a utilizar. Sin embargo, pesan menos que
las planchas llenas de agua y el chorro de vapor dura más tiempo. Por este
motivo pueden compensar a aquellos usuarios que planchan grandes cantidades de
ropa.
Excelente muy buen articulo.
ResponderEliminarPersonalmente los Centros de planchado verticales son lo mejor, pero obviamente en gustos se rompen géneros